Ana
Rosa me visitó pidiéndome ayuda espiritual porque se creía una
¨fracasada en el amor¨, según me manifestó. Le dije que estaba en
un error, que la verdad era diferente y que creyera que era exitosa
en el plano sentimental. ¨Pero hace diez años me divorcié y no he
encontrado a un hombre que me ame como yo deseo y se case conmigo¨,
replicó Ana Rosa. Le aseguré que ella no había encontrado su
pareja ideal debido a que se creía fracasada. Le sugerí que
visualizara un hombre de las condiciones y aspecto físico como lo
deseaba, que le propondría matrimonio. Le insistí tanto en la
visualización, que allí mismo decidió hacer lo que le decía y me
dijo que ya estaba visualizando el amor.
Ana
Rosa es una mujer de cincuenta años y logró atraer a un señor de
cuarenta y ocho años, a quien una amiga le presentó en una reunión
social. Actualmente vive feliz con él, después de haberse casado.
Está convencida, según me dijo cuando hace poco me visitó de
nuevo, que el fracaso no existe, sino el triunfo. Y que lo que pensó
que era fracaso, sólo fue una experiencia que no volverá a padecer,
porque aprendió la lección de tener fe.
JOSÉ
FARID H.
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