lunes, 30 de mayo de 2016

DESPUÉS DE UN GOLPE DE AGUA NECESARIO.



Después de un golpe de agua necesario
al pan que avaloró la barbechera,
en una principiante primavera
el mundo vuelve al día originario.

Un religioso aroma de incensario
hace la rama, el surco y la ladera
y es la vida más dulce que una pera,
y todo crece más que de ordinario.

Gotea el aire miel y mansedumbre,
y el ojo del pastor y el campesino
despeja a gozos su visión sombría.

¡Qué esbelta y renovada está la cumbre!
El cielo, amor, el cielo nos previno
para después de un llanto una alegría.

MIGUEL HERNÁNDEZ.

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