II
Ahora
que no te tengo,
en
momentos, arropado de lamentos,
te
busco en tus escritos
para
ir a ti... y luego vengo.
Soñador
de gente buena
que
dejaste a tu fiel ¨Sancho¨
ni
sereno, ni borracho
me
puedo quitar la pena.
Con
caligrafía de imprenta
sin
faltas de ortografía
qué
letra tan perfecta
puerta
abierta a la fantasía,
cuánta
gente recibía
compartiendo
una comida
de
tu mirada, transparencia
de
tu boca, la alegría
de
tu mente, sabiduría,
para
todos repartida.
Jugoso
pan, tierno alimento
así
enseñaba, si uno le escuchaba.
Ser
sensible, que con poco lloraba
seguro
que sonrió, en su último aliento
ni
una lágrima, ni un lamento.
Privilegiado
de memoria,
que
nunca olvidó su historia.
Hoy
buceo en tus escritos... ¡Padre!
JUAN
MARCOS CLIMENT CARBONELL.
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