lunes, 25 de julio de 2016

DEJA AL CLIENTE QUE HABLE.

  Permítele al cliente que hable de lo que desee y cuanto quiera. No lo contradigas, ni lo interrumpas. Dale la razón, y con una sonrisa, preséntale tus puntos de vista, tus razonamientos, aunque sean contrarios a los de él, pero dándole la impresión de que no lo estás contradiciendo. Esgrime tus argumentos motivándolo a que compre. Al hablarle del precio, no le des mucha importancia, pues tú lo convencerás de que el mismo es muy pequeño en comparación con la utilidad de su compra.

JOSÉ FARID H.

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