Evita que sean violentos.
Sucede a menudo: Un rechazo amoroso, un suspenso o no poder comprar las zapatillas que están de moda degenera en una actitud violenta del adolescente hacía su familia. Para evitarlo, es imprescindible que los chavales aprendan a aceptar los desengaños y las negativas desde pequeños. Conviene enseñarles que la violencia es un mal camino para solucionar los problemas. Si tus hijos se acercan a la adolescencia, controla lo que dices y haces delante de tus hijos, porque eres su modelo favorito. Ya sabes que los pequeños imitan todo lo que ven.
No les concedas excesiva autonomía. A los niños no les conviene poder tocar, ver u oír ciertas cosas: Una pelea, como gritan sus padres, etc., cuando se enfrentan a situaciones que no pueden controlar, corren el riesgo de frustrarse y reaccionar violentamente.
Filtra, en la medida de lo posible, los medios por los que les llega la cultura de la violencia: Vigilan lo que ven en televisión, selecciona sus juguetes, lectura etc.
Convenceles de que acudir a un adulto cuando presencien una situación violenta no implica ser un chivato, sino informar para evitar que alguien salga herido.
Enseñales que el colegio es un lugar seguro y que, si no hay problemas, pueden confiar en los adultos que se encargar de su educación.
No recuerdo el Autor, pero alguien lo escribió.
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