Dos
hombres comenzaron a discutir acaloradamente y estuvieron a punto de
llegar a las manos, todo porque cada uno de ellos insistía en haber
visto de un color diferente a un camaleón que yacía en una palmera.
-Te
digo que es marrón aseveró uno de los hombres.
-Pues
yo te digo que es verde -replicó el otro.
Y
así, comenzaron a soliviantarse.
-Es
marrón, ¿o es que
no tienes ojos para verlo?
Tú
sí que pareces estar ciego. Es verde.
Acertó
a pasar por allí un lugareño y uno de los discutidores le preguntó:
_¿Acaso
no es marrón este camaleón?
-Es
marrón -repuso el lugareño.
-Pero
¿no es verde? -protestó el otro hombre.
-Es
verde -acordó el aldeano.
Los
dos hombres que estaban a punto de golpearse, creyendo que el
lugareño se burlaba de ellos, se dirigieron a él hoscamente y le
preguntaron:
-¿Nos
tomas el pelo?
-En
absoluto, amigos míos. Cada uno de vosotros ha visto un aspecto del
camaleón y por tanto ambos tenéis relativa razón. Yo he visto
todos los aspectos del animalillo, porque vivo al lado de la palmera
en la que habita y he podido observarle durante semanas y meses.
REFLEXIÓN
Una
cosa es la Realidad y otra la ¨realidad¨ de cada uno; una la Verdad
y otra el aspecto de la ¨verdad¨ que cada persona capta. Sabiduría
es evitar aferrarse a las ideas y emplear al máximo la visión,
sabiendo observar, sin prejuicios, desde todos los ángulos
posibles. Los
antiguos sabios aconsejaban seguir el camino del medio, pero nos
prevenían para que ni siquiera a él nos apegásemos. No
es fácil ser un verdadero librepensador y tener la capacidad de
mirar más allá del ego y del apego a las propias ideas y a los
estrechos puntos de vista. La
mente está cuajada de errores básicos que falsean o distorsionan la
cognición y la percepción. Es la mente que vela, pero
que al ser liberada de esos oscurecimientos comenzará a desvelar. El
trabajo estriba en ir transformando la mente y superando patrones,
esquemas y adoctrinamientos, así como toda suerte de esas ¨zonas
oscuras¨ que falsean el conocimiento y la percepción. Al aferrarnos
a nuestras ideas o a nuestra visión particular, estrechamos el campo
de la conciencia y detenemos el proceso de aprendizaje. Hay
que abrirse mental y emocionalmente; en
la apertura existe vitalidad y plenitud. Mientras sólo podamos
servirnos de la mente condicionada, no podremos disponer de visión
cabal y ver las cosas como son. Las
técnicas de autorrealización se empeñan en conseguir que aflore el
lado incondicionado de la mente que, libre de prejuicios e
impresiones, está capacitado para percibir lo que es en sí mismo.
RAMIRO
A. CALLE.
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