No
pocas personas suponen que el éxito es sólo para los jóvenes, o
por lo menos también para los adultos que no han llegado a los
cincuenta años. Creen que cuando se llega a esa edad, no pueden
esperar nada nuevo de la vida, sino la declinación. Imaginan que si
no lograron el éxito a los treinta o cuarenta años, no podrán
alcanzarlo cuando suponen que las facultades físicas y mentales se
han deteriorado en alto grado. Pero este deterioro sucede porque se
cree de esa manera y no porque realmente es así. Veamos algunos
casos reales, que demuestran exactamente lo que estoy afirmando.
JOSÉ
FARID H.
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