María
de los Ángeles me visitó totalmente deprimida. Trabajaba para una
compañía de confecciones, como costurera. Su edad, cincuenta y dos
años. Hacía ocho años que se había divorciado y no había vuelto
a casarse, porque ningún caballero le proponía matrimonio. Sufría
de dolencias artríticas, que consideraba eran producidas por su
soledad sentimental. Le dije que el Plan Divino no es que los
humanos vivan solos, sino en compañía de una pareja, a cualquier
edad. Le sugerí que se aferrara a esa idea salvadora, que era una
Ley Cósmica, que no podía fallarle, si ella persistía en que se
cumpliría en su vida.
Me prometió realizar lo que le sugerí. María
de los Ángeles, es hoy una mujer feliz. Se casó con un caballero de
sesenta años, quien estaba viudo y tiene facilidades económicas. A
cualquier edad se puede triunfar.
JOSÉ
FARID H.
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