Juan
Francisco como comerciante iba decayendo, cuando entabló de nuevo
amistad con Julio G., se habían conocido años atrás. Ambos se
dedicaban a la venta de electrodomésticos. Llegaron a ser íntimos
amigos y se trataban como si fueran hermanos. Después
de algunos meses Julio G, amplió sus instalaciones comerciales,
debido a un auge en sus ventas. Había progresado
más que su colega y éste, es decir Juan Francisco, comenzó a
envidiarlo. Se
mostraba descortés y malhumorado con su amigo y las relaciones
personales entre ellos, comenzaron a enfriarse. Julio cada día
progresaba más. Pero su amigo iba en decadencia. Juan
Francisco empezó a sentir odio a su amigo sin ningún motivo, sólo
porque su negocio tenía más prosperidad que el suyo.
Se le presentaron problemas de salud, económicos y diversos
malestares. Vinieron las riñas con su esposa e hijos, pues mantenía
de mal carácter y no atendía bien a los clientes, siendo este su
mayor defecto. Buscó un pretexto para pelearse con él. En una
fiesta donde ambos asistieron, Juan F, ofendió a Julio G.,
argumentando que no le pagaba el trabajo de muchos meses.
JOSÉ
FARID H.
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