Para cuando me ves tengo compuesto,
de un poco antes de esta venturanza,
un gesto favorable de bonanza
que no es, amor, mi verdadero gesto.
Quiero decirte, amor, con sólo esto,
que cuando tu me das a la olvidanza,
reconcomido de desesperanza
¡cuánta pena me cuentas y me cuesto!
Mi verdadero gesto es desgraciado
cuando la soledad me lo desnuda,
y desgraciado va de polo a polo.
Y no sabes, amor, que si tú el lado
mejor conoces de mi vida cruda,
yo nada más soy yo cuando estoy solo.
MIGUEL HERNÁNDEZ.
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