El polen, como complemento alimenticio, reconstituyente, o incluso como medicamento, ha alcanzado un notable éxito durante estos últimos años. Atletas profesionales han declarado sentirse mucho más fortalecidos gracias al polen; los alérgicos consiguen vencer sus alergia y los que padecen de la próstata explican como han logrado liberarse de su opresiva enfermedad. El gran número de éxitos, practicamente increíble,, tanto en ámbitos como a niveles totalmente distintos entre si, no pueden menos que asombrarnos y hacer que nos planteemos las siguientes preguntas: ¿ qué es el polen ?, ¿ como actúa ? , ¿ cómo puede llegar a ejercer tales efectos sobre el cuerpo humano ?
La alimentación moderna, que se basa principalmente en una serie de alimentos transformados numerosas veces por motivos de conservación, de sabor o simplemente para facilitar su preparación, hace que éstos sean pelados, refinados y dispuestos para su conservación. A través de estos procesos, se pierden numerosas sustancias extremadamente importantes: vitaminas, enzimas, sales minerales y microelementos indispensables para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. A menudo, las enfermedades provocadas por estas carencias no se manifiestan hasta el cabo de algunos años y entonces resulta muy difícil llegar a descubrir cuáles son los elementos que faltan. Pero si le proporcionamos al cuerpo los oligoelementos que le faltaban, se pueden conseguir muy buenos resultados y, a veces, incluso las enfermedades consideradas como incurables pueden llegar a ser totalmente curadas.
El polen de flores, formado por más de 100 elementos conocidos y por otros muchos todavía desconocidos, posee un radio de acción muy complejo gracias a estos elementos, reunidos precisamente en un equilibrio biológico como el que jamás podremos encontrar en ningún otro alimento. En el polen se encuentran todas las vitaminas, enzimas, estearinas, aminoácidos, sales minerales, auxinas y otros oligoelementos que la ciencia todavía no conoce totalmente. Esto explica que se puedan llegar a conseguir unos resultados realmente asombrosos entre las enfermedades más diversas, así como en cualquier tipo de debilitamiento corporal. Realmente, el polen puede hacer milagros.
Toda la vida vegetal proviene de este polen microscópico. Por lo tanto, todo lo que existe en el mundo vegetal, en cierta forma existe ya que en el germen, que es el polen; en el polen, toda la vida vegetal se halla concentrada dentro de un espacio infinitamente pequeño y es precisamente por ello por lo que todos los elementos indispensables para un organismo vivo se encuentran contenidos en él.
La antiguas civilizaciones, cuya forma de vida era sumamente natural y primitiva, conocían ya las maravillosas propiedades del polen. Para sus largos viajes por mar, los Vikingos se llevaban polen mezclado con miel, lo que les permitía conservarlo casi indefinidamente. Los Chinos elaboraban una especie de galletas con polen y miel amasados, que luego dejaban secar al sol. Parece ser que esta galletas les permitían sobrevivir durante las épocas de escasez. En algunos países, como en Filipinas, hoy en día todavía se sigue pescando el polen que cae en los lagos, sobre cuyas superficies llega a formar verdaderas capas. Una vez pescado, el polen es seleccionado y lo que no es comestible se deja secar cuidadosamente y se envasa en pequeños tarros de barro para curar heridas y cortes.
En Europa, el polen sólo fue descubierto, o mejor dicho redes cubierto, hacia mediados de este siglo. Gracias al invento de la trampa para polen que hace que éste pueda ser desprendido de las patas de las abejas, ha sido posible recoger el polen en su forma más pura y en grandes cantidades. Una amplia investigación emprendida simultáneamente en Suecia, en Francia, en Austria, en Gran Bretaña y en la Unión Soviética, ha alcanzado resultados increíbles en enfermedades con síntomas totalmente distintos entre sí. Durante los años 70, el polen fue descubierto por algunos profesionales del atletismo como un excelente reconstituyente. La popularidad del polen está todavía en sus inicios y algunos científicos preveen que tanto su importancia como su popularidad sobrepasarán en mucho a las de la miel.
Con este pequeño libro nos gustaría contribuir a propagar los conocimientos adquiridios hasta el día de hoy sobre esta pequeña maravilla de la naturaleza, así como a aliviar el sufrimiento y a reforzar la salud, pues no existe mayor reconstituyente ni mejor medicina que ésta que no lo es : el polen.
K. A. BEYER.