Es una vergüenza para él que su tranquilidad en una época peligrosa se derive de la presunción de que, como los niños y las mujeres, pertenece a una clase protegida; o que busque una paz temporal, apartando sus pensamientos de la política o de las cuestiones engorrosas, ocultando su cabeza como el avestruz en los arbustos floridos; atisbando por los microscopios o traduciendo versos, como silba un niño para mantener su valor en la oscuridad. Si hace eso, el peligro sigue siendo un peligro y el temor se hace aún peor. Debe hacerle frente varonilmente. Debe mirarlo a los ojos y escudriñar su naturaleza, reconocer su origen, que no está muy atrás. Así encontrará en sí mismo una perfecta comprensión de la naturaleza y de la extensión de ese peligro, sabrá por dónde asirlo y en adelante podrá desafiarlo e imponerse a él.
RALPH W EMERSON.
No hay comentarios:
Publicar un comentario