La
persona pone a funcionar su voluntad cuando es impulsada a actuar en
una forma u otra, debido a una motivación poderosa. Todos tenemos
motivaciones que nos incitan a realizar lo que hacemos. Todo cuanto
realizamos es estimulado por un deseo, una ambición, una aspiración.
En los casos de los delincuentes, ellos están motivados por la
meta de la ganancia de dinero fácil, a fin de darse una gran vida
sin mucho esfuerzo, aunque con muchos riesgos. Igualmente, el
borracho, el drogadicto, tienen
las motivaciones de los placeres sensuales, evadirse de la
realidad y no enfrentar los problemas, que
para ellos son supremamente graves. Estas personas no utilizan la
reflexión ni el sentido común,
para comprender los riesgos y peligros que implica su actuación
viciosa. No piensan que su falta de carácter puede destruirlos. El
jugador empedernido es motivado a ganar una fortuna y vivir sin
trabajar. Todos estos individuos tienen voluntad negativa, porque
utilizan su poder interior, movido por el Subconciente, con
motivaciones realmente poderosas.
JOSÉ
FARID H.
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