Refiriéndose
a Soledades,
y después de recordar que el libro fue compuesto cuando se hallaba
en auge la poesía de Rubén Darío, escribía
Machado en 1917:
Pero
yo pretendí -y reparad en que no me jacto de éxitos sino de
propósitos-
seguir
camino bien distinto. Pensaba yo que el elemento poético no era la
palabra por su valor fónico, ni el color, ni la línea, ni un
complejo de sensaciones, sino una onda palpitación del espíritu.
Y
más tarde (1931) reiterará su conocida frase -eco tal vez de
Krause- según la cual la poesía es ¨la palabra
esencial en el tiempo¨, al
frente de la Antología de poetas españoles
contemporáneos compilada
por Gerardo Diego.
Pero ya lo había anticipado antes, bajo la forma inmutable de un
aforismo verso:
Ni
mármol duro y eterno
ni
música ni pintura,
sino
palabra en el tiempo.
La
poesía se diferencia, así -según Machado-, del pensamiento lógico,
que discurre al margen de lo temporal. Al poeta ¨no
le es dado pensar fuera del tiempo, porque piensa su propia vida que
no es, fuera del tiempo, absolutamente nada¨. De
ahí que Machado rechace el uso de las imágenes ¨más
en función conceptual que emotiva¨, y
que su poesía esté llena de marcas temporales que subrayan
constantemente el transcurso de las cosas y, por consiguiente, su
finitud; verbos, formas temporales, adjetivos que
connotan el paso del tiempo. Esto
explica, asimismo, la cautela de Machado frente a la rima consonante,
sobre todo si se produce con grupos fónicos muy llamativos, que
pueden atraer la atención del lector y hacer que el sonido predomine
sobre el contenido de las palabras:
Prefiere
la rima pobre,
la
asonancia indefinida.
Cuando
nada cuenta el canto,
acaso
huelga la rima.
La
lengua poética de Machado es, además escasamente metafórica, al
contrario de lo que sucederá con los poetas de la generación
siguiente, frente a los cuales se manifestó, según su propia
expresión, ¨algo
en desacuerdo¨. Y
en algunas de esas pocas imágenes se repiten; Soria, como
¨barbacana¨, España
-o Madrid- como ¨rompeolas¨
y pocas más. También con respecto a este punto resume Machado su
postura en un aforismo en verso:
Toda
la imaginería
que
no ha brotado del río,
barata
bisutería,
donde
hay que entender ¨río¨
como
algo referido a la propia experiencia personal, al fondo insobornable
de lo auténtico y no a modelos imitados o aprendidos. La síntesis
de esa especie de decálogo estético que Machado extrajo de su tarea
personal se halla tal vez en unos versos que dicen así:
La
rima verbal y pobre
y
temporal, es la rica.
El
adjetivo y el nombre,
remansos
del agua limpia,
son
accidentes del verbo
en
la gramática lírica
del
Hoy que será Mañana,
del
Ayer que es Todavía
RICARDO
SENABRE SEMPERE.
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