No
basta para atraer
mágicamente
la primavera.
Pero
tiene tanta fuerza
como,
para con ayuda de
su
verde vida,
perforar
el muerto asfalto.
No
puedo, en sólo un día,
cambiar
el desierto.
Pero
puedo empezar
haciendo
un oasis.
El
sol no pasa de largo
ante
nadie.
Tampoco a tí
te deja tirado,
si no te has arrastrado
escondiéndote en las
sombras.
UN PUÑADO
DE RÁBANOS...
He sembrado rábanos,
eran granitos diminutos
de simiente.
Apenas pude
sujetarlos entre los
dedos.
Me fuí a dormir, Me
levanté.
Llovía y brillaba el
sol.
Estuve trabajando
Olvidé los rábanos.
Pero durante tres
semanas enteras
alguien se ha ocupado
de ellos.
Ha recibido los rábanos
en el seno de la tierra
con amor, los ha
nutrido.
Y luego, estaban
gruesos,
unas quinientas veces
tan gruesos
como los granitos de
semilla,
los granitos
depositados
por mí en tierra.
Y durante semanas
enteras
pudimos gozar de
rabanitos
preciosos y frescos.
PHIL BOSMANS
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