En conjunto, tanto los genes (
unos del padre y otros de la madre ) como las hormonas ( cuya
cantidad, calidad, etc., dependen en gran medida de los propios genes
) son los principales motores del crecimiento. Así por ejemplo, y en
general, la talla baja de los padres indica una más que probable
escasa altura de los hijos, aun cuando hay que recordar que en
nuestros propios genes hay también información de nuestros padres,
que influye para bien y para mal. En el caso del peso, la situación
es muy parecida.
Considerando la herencia, los
especialistas aportan una fórmula que nos permite hacernos una idea
de la altura de los hijos en función delsexo y la altura de los
padres ( hay que utilizar estas fórmulas empleando las alturas en
cm; el margen de error es del 5 % ):
NIÑO
( altura madre + altura padre ) + 13 partido por 2
NIÑA
( altura madre + altura padre ) - 13 partido por 2
Del mismo modo que heredamos
una probable altura o un probable peso, heredamos también una
velocidad de crecimiento, de tal forma que se da por supuesto que los
¨ tirones ¨ que se producen en la infancia y en la pubertad están
codificados por los genes. Sin embargo debe tenerse en cuenta que,
puesto que las combinaciones de genes que pueden darse son muy
distintas, cada hijo es un mundo diferente y presenta distintas
carasterísticas de crecimiento. Para incluir este factor, disponemos
de otra fórmula orientativa a la hora de valorar la talla definitiva
del niño, partiendo de la altura a la edad de 2 años tomada en cm:
NIÑO
( talla a los 2 años por 2 ) + 5 = talla adulta en cm
NIÑA
( talla a los 2 años por 2 ) - 5 = talla adulta en cm
Considerando las hormonas y su
influencia sobre el crecimiento, debemos recordar que las más
importantes son la del crecimiento o GH, las sexuales ( andrógenos y
testosterona en los niños y estrógenos en las niñas ) y las
tiroideas. La GH, que se libera especialmente durante las horas de
sueño ( de aquí la importancia de respetar las horas de sueño en
los niños ), colabora en el aumento de tamaño delos órganos, todos
en general y, particularmente, en los sistemas óseo y muscular; su
producción es continua durante la infancia y la pubertad, si bien se
ve reducida lentamente a partir de esta edad, se mantiene dentro de
unos mínimos durante el resto de la vida, desaparecerá hacia los 50
años favoreciendo los signos de envejecimiento.
Las hormonas sexuales
participan evidentemente, sobre todo, en el desarrollo de los órganos
sexuales, pero también en el crecimiento de los músculos, en
especial los andrógenos ( por realizar esta función, se trata de
hormonas de tipo anabolizantes ). Hacia los 7 u 8 años, este tipo de
hormonas comienzan a producirse de forma considerable; hay un notable
¨tirón ¨en estos meses, al que denominamos pico endrogénico o
suprarrenal por ser estas hormonas las responsables del mayor
crecimiento que se observa en tales fechas.
También son hormonas las que
desequilibran la igualdad en altura y peso que se observa entre ambos
sexos hasta los 10 años. A partir de este momento se produce en las
mujeres la explosión hormonal, de manera que hacia los 13 años
puede observarse una diferencia de 2 a 2,5 años entre niños y
niñas, siempre en favor de estas últimas y tanto en el crecimiento
como en el desarrollo. Ahora bien, las hormonas sexuales femeninas –
los estrógenos – no sólo posibilitan que hacia los 13 años se
produzca la primera menstruación o menarquía, con crecimiento de
las mamas, ensanchamiento de las caderas y distribución del vello de
forma ya adulta, sino que, además, hacen que la osificación de los
huesos se produzca con mayor rapidez ( durante la infancia los huesos
son más catílago que tejido óseo; de ahí que se denominen ¨huesos
de goma¨), limitando en el tiempo las posibilidades de crecimiento.
Por último, hacia los 15 a 16 años el potencial de crecimiento de
las niñas casi a finalizado.
En el caso de los niños, el ¨
estirón ¨ se inicia hacia los 12 años; se agrava la voz y aumenta
la musculatura, el tamaño de los genitales y el desarrollo de vello;
hacia los 14 o 15 años tendrán la primera eyaculación.
TXUMARI
ALFARO
PEDRO
RAMOS
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