El
señor Marco Tulio me visitó y me dijo: ¨Maestro, soy un fracasado:
Todo me sale mal en mis actividades. Mis familiares pasan discutiendo
y peleando. Mi salud está hecha un desastre, pues sufro de insomnio,
jaquecas y malestares gástricos. Las medicinas no me sirven y espero
de un momento a otro que me dé un infarto¨. Le dije: ¨Amigo,
cambia tu fracaso en éxito¨. Me miró asombrado,
incrédulo. Yo recalqué: ¨Si
crees que no has fracasado, y que eso que llamas fracaso es sólo una
dificultad superable, que no es tan grave como te has imaginado; si
consideras que tú tienes energía interior, capacidades e
inteligencia para trabajar y encontrar la solución, pronto todos tu
males desaparecerán. Realmente, no tienes malestares, esos es
mentira, porque sólo existen en tu imaginación. Ahora lo que debes
hacer es pensar: ¨No creo en el fracaso, ni en la
enfermedad, ni en la desarmonía familiar. Sino, creo
en el éxito, en el bienestar y en la armonía y la paz en mi hogar¨.
Marco
Tulio me dijo que se sintió de repente lleno de energía y
seguridad. Salió de mi oficina con un rostro optimista, confiado y
sereno. Hace poco regresó a mi despacho diciéndome que había
practicado mis orientaciones. ¨He convertido mi
fracaso en éxito¨, afirmó,
y añadió con entusiasmo:¨Me propuse no pensar
nunca más en mis problemas, sino que ese tiempo que desperdiciaba
regañando, discutiendo y lamentándome, lo dedicaba a meditar sobre
la manera como debía
conducir mejor mis actividades. La
mente se me iluminaba con buenas ideas, que no postergaba como antes,
sino que las ponía en práctica casi inmediatamente. Ahora estoy
bien de salud, mis negocios han mejorado y en mi familia hay paz.
Actualmente soy triunfador, no fracasado¨. Y
añadió feliz: ¨Gracias, Maestro, por ayudarme a encontrar el
éxito¨.
JOSÉ
FARID H.
No hay comentarios:
Publicar un comentario