miércoles, 20 de abril de 2016

LA NOBLE VILLA DE CAÑETE.


Abierta a la vega y a sus ríos
Cerrada al invasor que la desea
Rincones de romances y suspiros
Lejanas sombras de sangre en la pelea.
¿Qué secretos esconde tu corazón?
Medieval plaza, en pilares porticada
Cuantos duelos, cuanta sinrazón.
Cabalga por tus venas recordada.
Ecos de las calles que a ti llegan
Guardián de cotilleos de mercado
Donde felices los niños juegan
Y preso el viajero, queda prendado.
Encrucijada de puntos cardinales
Que al sediento otorga recompensa
Arteria que mana de sus fuentes
Agua clara, fresca, que todo lo compensa.
Estoy dentro, en el centro de esta villa
Sin saber muy bien, dónde encaminar mis pasos
Todo Cañete es un laberinto, monumento que maravilla.
Con sus encrucijadas y sus lazos
Comunión de judíos y cristianos
De musulmanes y gitanos
Un espacio vivido como hermanos.
Rezos y culturas, en creación unidos
A esta tierra de nobles leales.
Hacia el norte subo al castillo, su cabeza
A las Eras, si voy al sur, el sustento
Al Postigo llego por el oeste, rica naturaleza
Y al este, mágica puerta encuentro, que corta el viento.
Todo esto aquí nombrado, y lo que falta, está envuelto
En muralla de sudor y barro, de siglos en piedra
De amores, batallas, leyendas, cubiertas de hiedra.
22 de octubre de 2003.
Cañete, Cuenca.

JUAN MARCOS CLIMENT CARBONELL.

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