Hoy
no se puede salir, Platero. Acabo de leer en la plazoleta de los
Escribanos el bando del alcalde:
¨Todo
Can que transite por los andantes de esta Noble Ciudad de Moguer sin
su correspondiente Sálamo o bozal, será pasado por las armas por
los Agentes de mi Autoridad¨.
Eso
quiere decir, Platero, que hay perros rabiosos en el pueblo. Ya ayer
noche he estado oyendo tiros y más tiros de la ¨Guardia
municipal¨,
nocturna consumera volante, creación también de Frasco Vélez, por
el Monturrio, por el Castillo, por los Trasmuros.
Lolilla,
la tonta, dice alto, por las puertas y ventanas, que no hay tales
perros rabiosos, y que nuestro alcalde actual, así como el otro,
Vasco, vestía al Tonto de fantasma, busca la soledad que dejan sus
tiros, para pasar su aguardiente de pita y de higo. Pero ¿y si fuera
verdad y te mordiera un perro rabioso? ¡No quiero pensarlo, Platero!
JUAN
RAMÓN JIMÉNEZ.
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