UNA TARDE, la novia de mi hijo fue en coche al centro de la ciudad, sacó un paquete del maletero y entró en una tienda. Cuando volvió al coche más tarde, se disgustó al ver lo que creía una notificación de multa colocada bajo una escobilla del limpiaparabrisas. Pero al examinar aquel papel, vio que era un sobre con las llaves del automóvil y una nota que decía: ¨Dejó las llaves puestas en la cerradura del maletero. Se las devuelvo de ésta manera, pues nadie robaría una notificación de multa ¨.
_I.A.
MIENTRAS ESPERABA a mi esposa en una tienda de saldos, me encontré con un letrero que decía: ¨Esta zona está vigilada constantemente por televisión en circuito cerrado¨. Inmediatamente debajo del cartel giraba lenta y perezosamente una pequeña cámara de televisión. Pensaba si la cámara sería falsa cuando, de pronto, la propia cámara dio respuesta a mi muda pregunta. Deteniéndose súbitamente en medio de una de sus revoluciones, pareció observar con asombro y después quedó fija en una posición.
Esperando ser testigo ocular de un robo, seguí la línea de visión de la cámara, y vi a una escultura joven en ¨minishorts¨ que avanzaba lentamente por un pasillo mientras examinaba las mercancías al pasar. La cámara giró hacia abajo en cuanto ella se aproximó, volvió rápidamente hacia atrás mientras la joven pasaba por debajo y luego la siguió a su paso por todo el departamento. Al desaparecer de vista la chica, la cámara siguió su lento y monótono girar.
_M.V. T.
AL LLEGAR el pintor del hospital a pintar unos entrepaños nuevos que habíamos puesto en un armario empotrado de la guardería, le pedí que pintara también las paredes. El nuevo administrador, que oyó mi petición, me informó que, sin autorización previa, no se podía hacer más de lo proyectado en un principio. Me explicó el procedimiento a seguir, y trató de comunicarse por teléfono con el jefe de la sección. Tras una larga valoración de la obra a realizar, volvimos al cuarto del armario, donde el pintor nos dijo: ¨Mientras ustedes hablaban, terminé el trabajo ¨.
_E.M.
MI MARIDO confiesa ser el peor mecánico del mundo. Una vez se nos estropeó la tostadora eléctrica, pero le convencí de que se trataba sólo de un alambre flojo o de algo por el estilo, muy poco complicado, que él mismo podría arreglar, y lo dejé en la cocina con un juego completo de herramientas.
Cuando regresé poco después, llegué a tiempo de verle tirar la tostadora al cubo de la basura. Asombrada, observé que la había quitado cuidadosamente todos los tornillos. Le pregunté cómo, si no había tenido inconveniente en deshacerse del aparato completo, se preocupaba por guardar unos cuantos tornillos y tuercas. ¨Los tornillos no están estropeados¨, me contestó.
_R.J.M.
EN SAN FRANCISCO, California, ciudad notable por sus calles en cuesta y sus fuertes vientos, hay un centro médico en la cima de una pronunciada pendiente. Un día seco y ventoso vi un joven, con su bata blanca de laboratorio inflada por la brisa, que sostenía ante sí, y bien en alto, un paraguas abierto. A toda vela, dejaba que el ventarrón lo impulsara cuesta arriba hacia la institución médica.
_F.C.
MIENTRAS PESABAN el equipaje antes de un vuelo charter, se pidió a cada pasajero que declarase su propio peso. En la fila estaba un matrimonio muy desigual; él, bajo y menudo; ella, muy alta y corpulenta, parecía tener doble talla que su esposo. Al llegarles la vez, el marido confió discretamente al empleado que estaba apuntando: ¨Los esposos Gutiérrez, 160 kilos¨.
_C.M.
CUANDO MI hija, que tiene diecinueve años, anunció que se casaría al amanecer en el jardín de nuestra casa, las protestas fueron casa unánimes. Aquello no estaba bien; las normas de etiqueta social no lo aprobaban; era demasiado temprano. ¿ Qué diría la gente ? ¡ Locuras de la juventud ! Pero no hubo manera de disuadir a los novios.
Imagínese un fresco amanecer del mes de junio. El rocío aún humedece la hierba. El altar rebosa de flores. Reina el silencio entre la concurrencia. El sacerdote acaba de pronunciar las últimas palabras sagradas uniendo de por vida a los dos jóvenes. La pareja da media vuelta, hacia levante, y el sol escoge ese preciso instante para asomar tras una colina y bañar con sus primeros rayos los dos rostros radiantes. ¿ Quién dijo ¨locuras de juventud¨?
_R.C.
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