martes, 2 de diciembre de 2014

¡ QUERIDOS AMIGOS !


Dentro de nuestro mundo ha ido difundiéndose una tristeza casi incurable. Estamos viviendo en un inmenso desierto. Y un desierto es una tierra en la que ya no crece nada, una tierra sin alegría sin bienestar, una tierra en la que la gente ya no está en ella en mutua reciprocidad. Hoy, son muchos los que poseen demasiado y no encuentran ya placer en nada, que ya no pueden gozar de nada más.

Todos éstos sufren de la capacidad
de convivir en paz entre sí y de ser un
poquito felices.

La gente está cansada, desanimada y bajo una superficie delgada como la piel, acecha el miedo. Y, sin embargo, aquí en Occidente, a pesar de la crisis económica, estamos lejos de padecer necesidades materiales. Las necesidades humanas básicas están más que satisfechas. Hay suficiente comida y vestimenta e incluso hay montones de todo ello; la abundancia es inimaginable al respecto. Nuestra crisis es espiritual y esto está muy claro. No hay día que no penetre en las viviendas la locura humana, a través de la prensa, la radio y la tele; una dosis casi mortal de violencia e injusticia, terror y destrucción. El lastre espiritual y moral es demasiado pesado para nosotros, que sólo somos seres débiles.

Queridos amigos, no os conozco, pero creo que sois gentes buenas y sencillas. Y os oigo decir: ¿ Qué diablos podemos hacer, a estas alturas ? Y os lo voy a confiar aquí; podemos hacer mucho, muchísimo. Podemos ser esos pequeños oasis en medio del gran desierto, oasis en que todo vuelve a empezar, a crecer, a florecer, ! Qué los quejosos se quejen, que los aguafiestas aguen la fiesta ! Los optimistas son los que más viven. Debemos quitarle a la crisis su negro dramatismo.
Tenemos la obligación de plantar flores en este desierto nuestro, de sembrar estrellas en nuestra noche, sin preguntar a cada momento qué va a salir de esta siembra. En esta época de la crisis energética, debemos abrir paso a una nueva energía, potente, pero totalmente olvidada; la energía más antigua y genuina, LA ENERGÍA DEL AMOR.
Para mí, el amor es una maravillosa fuerza vital, visible y totalmente desarrollada en la figura de JESÚS DE NAZARET. OIGO SU VOZ CLAMANDO EN EL DESIERTO; ¨ CUANDO ALGUIEN TENGA SED, QUE VENGA A MÍ Y BEBA. EL AGUA QUE OS DOY, SE CONVERTIRÁ EN VOSOTROS EN UNA FUENTE. Y UN RÍO DE AGUA VIVIENTE SURGIRÁ DE VOSOTROS ¨. Y donde hay una fuente, puede florecer un oasis. El agua es un poderoso elemento natural. Una gota puede darle a una flor la fuerza suficiente para que vuelva a ponerse tiesa.

Sólo el agua puede cambiar el
desierto.
El agua es la vida.
El amor es agua viviente.

Queridos amigos, seamos pequeños aguadores que llevan agua por un gran desierto, hacia un pequeño oasis.
Las gentes sencillas y buenas son hoy los únicos pulmones por los que nuestro mundo puede seguir recibiendo aire.
¡ Tened ánimo y confianza ! Estoy viendo a las gentes, avanzando por el horizonte. Son gentes de todas las clases y niveles sociales, de todas las situaciones imaginables. Está surgiendo un nuevo mundo. Está formándose una nueva conciencia de los valores que habíamos perdido por el progreso técnico-científico. La luz se acerca, y con ella también el ánimo y la confianza.

PARA ESO, AMIGO
MÍO, HAS NACIDO

Las calles están llenas de gentes de mortal seriedad. Gentes que no tienen tiempo para nada, para nadie. Gentes agotadas, presas de mortal tristeza.
Querido congénere,
¿ dónde te has dejado los ánimos ?
¿ Qué ha puesto esa tristeza en tu voz ?
¿ Dónde está la luz de tus ojos ?
¿ Es que la crisis te ha agriado el humor, y ha hecho de tu sonrisa una amarga mueca ?

¡ Escúchame !
La gente melancólica no hace sino paralizar la vida.
Las personas cansadas de la vida, asfixian la alegría.
Las gentes desprovistas de alegría, entierran la esperanza.
Y gentes desesperanzadas siembran la desesperación.
El miedo consume una inmensa cantidad de energía y aniquila a
los seres humanos.
El miedo es lo que hoy paraliza las fuerzas, que vamos a necesitar
mañana, para sobrevivir a esa desgracia que tenemos.

Querido ser humano,
para eso has nacido:

para amar,
para sentirte apoyado,
para dar apoyo a tu vez.

Y no digas que todo esto es pura charlatanería o simples presentimientos. La alegría de la vida y el apoyo no son cosas que nos dulcifican simplemente la existencia, haciéndonos pasar con engaños por encima de las amarguras de la existencia.
Tampoco son cosas que nos caigan solas en las manos. No es la superficie de la vida, donde las encontramos. Para dar con ellas, debemos seguir buscando, a través de dificultades, en nuestro propio corazón.
Y en esta búsqueda son muchas las cosas que podemos hacer. Los niños por ejemplo, buscan una luz en los ojos de los mayores. A la verdad sólo se la toma en serio cuando aquel que la dice se ha vuelto con ella verdaeramente FELIZ.

Esto es lo que yo te deseo:
El ánimo es como el sol matinal, que,
día tras día, sale sobre las miserias de
este mundo como el primer día del mundo.




PHIL BOSMANS.

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