Después de las vacaciones de verano, no son pocos los
que sufren un auténtico estrés ante la reincorporación al trabajo,
que se manifiesta en forma de mal humor, cansancio, falta de memoria,
ansiedad, e incluso dolores de cabeza e insomnio.
Mi abuela tenía una teoría que, vista a la luz de
las investigaciones actuales sobre la influencia del medio urbano
sobre la salud psíquica y física de las personas, tenía mucho
sentido. Ella aseguraba, ante este tipo de síntomas que observaba en
mi padre o alguno de mis tíos al abandonar el pueblo y retornar al
trabajo, que no le extrañaba nada que se encontrasen mal
introduciéndose durante diez horas todos los días en ¨esos
edificios que parecen enormes CAJAS
DE ZAPATOS ¨ alejados de la luz del sol y
del aire. Efectivamente, el efecto de los edificios envenenados sobre
los que permanecen en ellos durante tanto tiempo cada día se está
demostrando como un factor de estrés importante, hasta el punto de
que ya se habla de la ¨ ENFERMEDAD DEL EJECUTIVO ¨, una extendida
dolencia que cursa con los síntomas anteriormente descritos y que
suele ser tratada médicamente con ansiolíticos y analgésicos, lo
cual no deja de ser un paliativo temporal y en absoluto inocuo.
De igual forma, el retorno a la vida activa después
de al menos un mes de tranquilidad y relax, produce en algunas
personas una sobrecarga psíquica que, aunque remite con el paso del
tiempo, puede trastornarnos durante semanas.
Contra todo ello, mi abuela recomendaba
encarecidamente una combinación de dos terapias: el ejercicio al
aire libre y, curiosamente, los plátanos.
Respecto al primer punto, debemos pensar que el
hecho de volver a nuestro puesto laboral no tiene por qué significar
pasarnos el día encerrados: unos kilómetros en bicicleta, una
escapada de la ciudad los fines de semana, o simplemente un buen
paseo a la salida del trabajo ( aunque el tiempo ya esté fresco, no
hay que temerle al frío ),
producen en nosotros una subida de la cantidad de neurotransmisores
cerebrales y con ello la sensación de ánimo y relax, a la vez que
nos hacen respirar qire fresco e incrementa nuestra circulación
sanguínea, lo que también nos proporciona bienestar.
En lo que se refiere al consumo de plátanos, mi
abuela defendía que ¨ daban mucha energía para afrontar el trabajo
¨. Además de esta evidencia, los plátanos son ricos en un
aminoácido, el TRIPTÓFANO, responsable de la producción de
serotonina, una sustancia que facilita la relajación y el equilibrio
psíquico. Por ello, el consumo de dos o tres plátanos diarios nos
cargarán de nuevo vigor, de vitamina E y de tranquilidad.
FLATULENCIAS
Con la llegada del
otoño también se comienzan a consumir más legumbres secas,
alimentos excelentes y llenos de proteínas vegetales, vitaminas y
minerales. Pese a ello, algunos individuos sufren de hinchazón y
gases cuando consumen estos productos.
Para expulsar el
gas que nos produce la flatulencia e incluso evitar su formación
tomaremos, después de cada comida a base de legumbres, una tacita de
infusión de anís estrellado y corteza de limón, que lograremos
dejando cocer durante unos minutos la piel bien limpia de un limón
en un poco de agua y siete u ocho semillas de anís estrellado.
Dejaremos reposar un cuarto de hora, filtraremos y tomaremos
endulzado al gusto.
LUMBAGO
El aumento de la
humedad durante los meses de otoño, unido a los frecuentes cambios
de temperatura que se dan en esta época, son fuentes de dolorosas
contracciones en los músculos que rodean a los riñones al menor
esfuerzo o posición defectuosa: hablamos de las lumbalgias o
lumbagos.
Aunque benignos,
estos ¨reúmas musculares ¨son capaces de
inmovilizar
al individuo que los padece, de manera que hasta el hecho de
recuperar la posición vertical resulta terriblemente doloroso.
Si sufrimos un
ataque de lumbago, no debemos alarmarnos: podemos recurrir a una
fórmula que se utilizaba a menudo en mi pueblo, ¨ MANO DE SANTO ¨
como se afirmaba allí, y que consistía en colocar sobre la zona
lumbar una cataplasma caliente de harina de lino.
Para llevarlo a
cabo, necesitamos 200 gramos de semillas de lino ( actualmente pueden
encontrarse en tiendas de dietéticas y herbolarios ). Con un
molinillo trituraremos finalmente las semillas de lino hasta que
tomen la consistencia de una harina. A continuación la envolveremos
en un paño de algodón, formando un paquetito de aproximadamente 1
centímetro de grosor y de superficie la que se necesite para cubrir
toda la zona lumbar. Meteremos este saquito en el horno a 70 u 80
grados de temperatura hasta que esté caliente, pero sin quemar al
sacarlo. El afectado se tumbará en la cama o en un sofá boca abajo
y se le colocará la cataplasma sobre los riñones, tapándole
seguidamente con una o dos mantas que le permitan guardar el calor.
Dejaremos la
cataplasma hasta que se note que se ha enfriado, en cuyo caso podemos
volver a introducirla en el horno para una segunda aplicación si el
lumbago no ha desaparecido aún.
PIEL
DESHIDRATADA
Recuerdo los
vientos fríos y cortantes que comenzaban a llegar desde las montañas
en otoño. Cuando arreciaban, el rostro se resecaba tanto o más que
durante el verano, y para ello mi abuela tenía una receta capaz de
proporcionar la hidratación suficiente a la piel sin necesidad de
recurrir a cremas más o menos costosas, y sus ingredientes eran:
- Una manzana cocida, en trozos y sin piel ni pepitas.
- Cuatro cucharadas de aceite de oliva virgen de primera prensada en frío.
Se
machaca bien la manzana y se mezcla con el aceite, o también puede
utilizarse la batidora para tal fin. Esta crema se aplicará sobre el
rostro y dejaremos actuar durante una hora cada noche ( mientras
vemos la televisión. Leemos, etc.), retirándola posteriormente con
agua tibia o leche desmaquillante.
Este
ungüento se adapta a cualquier tipo de cutis, e incluso es
beneficiosa para las pieles afectadas de eccemas p acné, por lo que
puede aplicarse sin miedo, tanto en jóvenes como en mayores de
cualquier condición.
¨
PINCHAZOS ¨ Y DOLORES ARTICULARES
El
otoño se caracteriza, entre otras cosas, por los frecuentes cambios
de tiempo y de presión atmosférica. En algunos individuos este
hecho provoca molestia articulares e incluso agudos ¨ PINCHAZOS ¨,
Esta
dolencia suele señalar una condición artrítica o reumática tal
vez latente, por lo que sería conveniente ahondar en el estado de
nuestros sistemas óseo y muscular.
Para
aliviar momentáneamente estos dolores,podemos recurrir a los
frotamientos con el alcohol de hierbas que se preparará de la
siguiente manera:
- 15 gramos de romero.
- 15 gramos de harpagofito.
- 15 gramos de ulmaría.
- ½ litro de alcohol de farmacia
Pondremos
estas hierbas secas, finamente picadas, en un frasco con los 500
centilitros de alcohol y dejaremos reposar durante una semana,
agitando frecuentemente. A continuación filtraremos con cuidado y
pasaremos el alcohol obtenido a un tarro de cristal oscuro.
Con
este alcohol aplicaremos friegas en las zonas doloridas cuantas veces
sea necesario a lo largo del día; resulta sumamente desinflamatorio
y calmante en este tipo de dolencias.
RESFRIADOS
OTOÑALES
Muchos
son los que creen que durante el invierno se sufren los resfriados
más crudos, y, sin embargo, es en la época otoñal, con sus cambios
de tiempo que aún nos pillan descuidados, la que cuenta con mayor
índice de resfriados y gripes.
Para
prevenir la aparición de estas dolencias, nada mejor que acudir a un
remedio para el que necesitaremos:
- 1/3 de litro de agua.
- Media cebolla.
- Un limón.
- Media cucharadita de clavos de especia.
Pondremos
a cocer en el agua la cebolla cortada en rodajas y los clavos de
especia previamente machacados, durante diez minutos, cuidando de
tapar bien el recipiente y siempre a fuego lento. A continuación
filtraremos ese líquido y, cuando haya tomado la temperatura
ambiente, le añadiremos el zumo del limón.
Esta bebida fortalece las
defensas que el organismo necesita para luchar contra los virus y,
tomada cada mañana, nos previene de contraer esos desagradables
resfriados.
ANA
FDEZ. MAGDALENA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario