La
clave para empezar a utilizar tu mente subconsciente es que entiendas
lo distinta que es de la mente consciente. Aunque ambas existen en el
mismo cuerpo, presentan características diametralmente dispares. Si
alguien se comunicara contigo en el lenguaje en que lo hace la mente
subconsciente (el lenguaje de los
sueños, por ejemplo),
pensarías que ese ¨alguien¨
está loco. Pero tu mente subconsciente no está loca solo porque tu
mente consciente no sepa interpretar tus sueños; simplemente es
diferente.
Siguiendo
con las analogías, considera lo distintos que son los hombres de las
mujeres. Aparte de las diferencias físicas, existen diferencias
emocionales y, como resultado, hombres y mujeres interactúan de
forma desigual. Un libro muy popular explica estas diferencias. La
mayoría de los varones viven orientados hacia la consecución de
objetivos y prefieren solucionar los problemas por sí mismos. Las
mujeres, sin embargo, se mueven más en el ámbito de las relaciones
y los sentimientos y necesitan hablar sobre sus problemas y sobre sus
emociones. Estas diferencias son bastante obvias, pero aun así, los
hombres y las mujeres interactúan, se relaciona y crean vínculos.
En el peor de los casos, si las diferencias resultan insalvables,
siempre pueden terminar separándose.
Pero
la mente consciente y la mente subconsciente no pueden separarse. Y
si no trabajan unidas, los resultados pueden ser muy perniciosos.
Estos pueden traducirse en una mala salud, relaciones destructivas o
comportamientos inapropiados en forma de, por ejemplo, trastornos
alimenticios o ataques de ira.
Tu
mente subconsciente contiene software
de
tus funciones involuntarias, emociones y hábitos. La mayor parte de
tus hábitos y emociones fueron programados durante tu infancia,
antes de que estuvieras lo suficientemente capacitado para tomar tus
propias decisiones. Muchos fueron programados al azar por tus padres,
profesores, compañeros, la televisión y, recientemente, quizás
también los videojuegos.
Freud dijo: ¨ De niños aprendemos a reaccionar
emocionalmente,
aprendizaje que se perpetúa en la edad adulta. Pero en la infancia
no poseemos las facultades con las que podemos contar los mayores, ya
que entonces no sabemos aún qué herramientas vamos a necesitar como
adultos para afrontar las cosas. Por tanto, de mayores, a menudo,
seguimos reaccionando como niños¨.
Esos
viejos programas, perjudiciales en su mayor parte, todavía influyen
en nuestro comportamiento, e incluso lo controlan. Algunos pueden
llegar a ser destructivos. Cuando entiendes cómo funciona la mente
subconsciente y a qué leyes obedece, puedes cambiar esos programas
de la infancia y convertirte en
el amo del genio de la lámpara maravillosa.
HARRY
W. CARPENTER.
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