miércoles, 22 de julio de 2015

TEORÍA POÉTICA.


  Refiriéndose a Soledades, y después de recordar que el libro fue compuesto cuando se hallaba en auge la poesía de Rubén Darío, escribía Machado en 1917:


Pero yo pretendí -y reparad en que no me jacto de éxitos sino de propósitos- seguir camino bien distinto. Pensaba yo que el elemento poético no era la palabra por su valor fónico, ni el color, ni la línea, ni un complejo de sensaciones, sino una onda palpitación del espíritu.


Y más tarde (1931) reiterará su conocida frase -eco tal vez de Krause- según la cual la poesía es ¨la palabra esencial en el tiempo¨, al frente de la Antología de poetas españoles contemporáneos compilada por Gerardo Diego. Pero ya lo había anticipado antes, bajo la forma inmutable de un aforismo verso:

Ni mármol duro y eterno
ni música ni pintura,
sino palabra en el tiempo.


La poesía se diferencia, así -según Machado-, del pensamiento lógico, que discurre al margen de lo temporal. Al poeta ¨no le es dado pensar fuera del tiempo, porque piensa su propia vida que no es, fuera del tiempo, absolutamente nada¨. De ahí que Machado rechace el uso de las imágenes ¨más en función conceptual que emotiva¨, y que su poesía esté llena de marcas temporales que subrayan constantemente el transcurso de las cosas y, por consiguiente, su finitud; verbos, formas temporales, adjetivos que connotan el paso del tiempo. Esto explica, asimismo, la cautela de Machado frente a la rima consonante, sobre todo si se produce con grupos fónicos muy llamativos, que pueden atraer la atención del lector y hacer que el sonido predomine sobre el contenido de las palabras:


Prefiere la rima pobre,
la asonancia indefinida.
Cuando nada cuenta el canto,
acaso huelga la rima.


La lengua poética de Machado es, además escasamente metafórica, al contrario de lo que sucederá con los poetas de la generación siguiente, frente a los cuales se manifestó, según su propia expresión, ¨algo en desacuerdo¨. Y en algunas de esas pocas imágenes se repiten; Soria, como ¨barbacana¨, España -o Madrid- como ¨rompeolas¨ y pocas más. También con respecto a este punto resume Machado su postura en un aforismo en verso:


Toda la imaginería
que no ha brotado del río,
barata bisutería,


donde hay que entender ¨río¨ como algo referido a la propia experiencia personal, al fondo insobornable de lo auténtico y no a modelos imitados o aprendidos. La síntesis de esa especie de decálogo estético que Machado extrajo de su tarea personal se halla tal vez en unos versos que dicen así:


La rima verbal y pobre
y temporal, es la rica.
El adjetivo y el nombre,
remansos del agua limpia,
son accidentes del verbo
en la gramática lírica
del Hoy que será Mañana,
del Ayer que es Todavía


RICARDO SENABRE SEMPERE.

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