sábado, 18 de julio de 2015

HIMNO DE LA CIUDAD DE ORGIVA.


  Órgiva es una llanura,
es llave y puerta abierta,
que hace posible la entrada
a los pueblos de la sierra.


Sobre un tapiz de olivares
extiende su caserío;
la silueta de sus torres
se recorta entre tres ríos;
Chico, Seco y Guadalfeo,
que recogen los suspiros
de campesinos y mozas,
de cristianos y moriscos.


Hermoso valle orgiveño,
regado por acequias,
que bajan desde la nieve
para fecundar sus huertas.


Las márgenes de sus ríos
se han transformado en vergeles;
limoneros y naranjos
se alternan con los claveles.


Alamedas y frutales
cubren valles y hondonadas
y al resguardo de sus huertos
se cultivan las naranjas.


Tardorromana en su origen,
nazarita en el medievo,
plaza fuerte con Castilla,
ciudad regia en nuestro tiempo.


Órgiva, lozana y bella,
sobre un manto de esmeraldas,
en el azul de tu cielo
bordan estrellas las hadas.


Es tierra de noble gente,
de hombres recios, singulares,
que abren surcos en la tierra
y estelas sobre los mares.


Encrucijada de rutas,
de valles y de montañas,
que cantan coplas de nieve,
que dicen versos al agua.


¡Órgiva, Órgiva, Órgiva!


Cabeza de la Alpujarra,
vieja y noble población,sois archivo de la historia
de este singular rincón.

MIGUEL J. CARRASCOSA SALAS.

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