Amargo
dolor de la impotencia
Sabor
de hiel en la impaciencia
Ganar
la sinrazón, perder la razón
Desgarrarse
el corazón...llanto
Silenciosa
muerte imperturbable...grito
Que
deja un vacío imborrable,
Es
vida y ser que se nos va
Dolor
que hoy me asfixia
Mi
Dios que me avisa,
Que
es a Él donde nos lleva,
Más
tarde o más temprano
Y
una vez allí, sin prisa
Nos
recibe, extendiéndonos su mano.
A
Iván Bodoque, que a la edad de 9 años se cerraron
por
siempre sus ojos.
¨Ángel-niño¨
en la Tierra y en el Cielo.
Villaconejos
de Trabaque, Cuenca.
21
de Marzo de 1996.
JUAN
MARCOS CLIMENT.
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