(1898-1984)
Nació
en Sevilla el 26 de abril de 1898. A los dos años se trasladó con
su familia a Málaga y, en 1909, a Madrid. Estudió derecho e
Intendencia mercantil. Trabajó en una compañía ferroviaria y como
profesor auxiliar en la escuela de intendentes mercantiles. En 1917
conoció a Dámaso Alonso, gracias al cual entró en contacto con la
poesía de Rubén Darío y empezó a sentir inclinación hacia la
creación poética. En 1925 una tuberculosis renal le obligó a dejar
el trabajo y a retirarse a Miraflores de la Sierra (Madrid). En 1926
empieza a publicar poesía en revistas como Litoral y Carmen
y, por entonces, entabla amistad con otros miembros del 27. En 1934
se le concedió el Premio Nacional de Literatura por la
destrucción o el amor. Durante
la guerra civil, que coincidió con un período de reposo por su
enfermedad renal, dio a conocer algunos romances en publicaciones de
la zona republicana. Al término de la misma, comenzó una especie de
exilio interior, retirado en su casa de la calle Velintonia número
3, centro de peregrinación de los nuevos poetas, quienes le
consideraban una especie de guía o maestro. En 1949, superado ya el
aislamiento al que fue sometido por el régimen franquista, fue
elegido miembro de la Real Academia de la Lengua. En 1969 se le
concedió el Premio de la Crítica por Poemas de la
consumación y, en 1977, el
Premio Nobel de Literatura.
Murió en Madrid el 13 de diciembre de 1984.
Dos
años más tarde, el poeta y crítico José Luis Cano publicó Los
cuadernos de Velintonia, en los
que se recogen numerosos e interesantes datos sobre la etapa de su
vida comprendida entre los años 1951 y 1984.
Vicente
Alixandre es autor de un libro
en prosa, Los encuentros (1958),
y de varios libros de poesía: Ámbito (1928), Espadas como
labios (1932), Pasión de la tierra (1935), La destrucción o el amor
(1934), Sombra del paraíso (1944), Mundo a solas (1950), Nacimiento
último (1953), Historia del corazón (1954), En un vasto dominio
(1962), Retratos con nombre (1965), Poemas de la consumación (1968)
y Diálogos del conocimiento (1974).
Adolescencia
Vinieras
y te fueras dulcemente,
de
otro camino
a
otro camino. Verte,
y
ya otra vez no verte.
Pasar
por un puente a otro puente.
-El
pie breve,
la
luz vencida alegre.
Muchacho
que sería yo mirando
aguas
abajo la corriente,
y
en el espejo tu pasaje
fluir,
desvanecerse.
VICENTE
ALEIXANDRE.
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