Juan
Ramón se encuentra en unos años de gran actividad. Funda la revista
Índice(1921),
en la que colaboran escritores ya consagrados, como Antonio Machado y
Ortega y Gasesst,, junto a jóvenes como Gerardo Diego, García Lorca
y Jorge Guillen. Posteriormente creará otras todas ellas de vida
efímera-, como Sí, Unidad y
Ley. Publica
la Segunda antología poética (1922),
que incluye muchos poemas no publicados antes, pertenecientes a
libros que habían quedado inconclusos, y que ha sido tal vez el
conjunto lírico más difundido y leído del autor. No pocos poetas
han confesado que su vocación se despertó al leer esta antología
juanramoniana,
escrupulosamente seleccionada y ordenada por el autor, en la que,
además de múltiples ejemplos de extraordinaria poesía, podía
advertirse muy bien el ejemplar proceso de depuración y de amor a la
obra bien hecha -incluso en su cuidada presentación externa- que son
caracteres inherentes a la poesía de Juan Ramón Jiménez.
Por
los mismos años de la Segunda antología
poética, el
autor compone también prosas -como un famoso Autorretrato
(para uso de reptiles de varia categoría) y
diversas reflexiones estéticas, resueltas muchas veces en forma de
breves aforismos, modalidad que también cultivó ocasionalmente
Antonio Machado y que rebrota de vez en cuando en poetas posteriores,
como Vicente Aleixandre. En revistas y cuadernos unipersonales y
exquisitamente editados, como los titulados Unidad,
Sucesión
y Hojas, se
encuentran muchas de esas prosas aforísticas, importantes para
conocer las ideas estéticas de su autor. He aquí unas muestras: ¨No
hay forma mejor y peor, sino ideas y sentimientos exactos o
imperfectos¨;
¨ningún día... sin romper un papel¨(sutil
transformación del ¨nulla dies sine linea¨(ningún día sin
escribir una línea) de Plinio el Viejo en orgullosa proclama de
autocorrección y exigencia); ¨clásico es todo aquello que,
habiendo sido-o, mejor, por haber sido- exacto en su tiempo,
trasciende, perdura¨. O
esta otra reflexión, que revela muy bien el cambio de actitud de
Juan Ramón Jiménez ante las formas métricas y su utilización en
la poesía:
Para
que la poesía sea lo que nosotros queramos, el verso libre, blanco,
desnudo; para que sea lo que ella quiera, el consonante, el asonante,
la medida y el acento exactos.
RICARDO
SENABRE SEMPERE.
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