Creo
que la fe inquebrantable unida a la diligencia hace verdaderos
milagros. Y son muchos los que creen como yo, a los cuales felicito,
porque utilizan sus poderes internos para obtener lo bueno. Una de
estas personas me escribe que cree en los milagros, cuya carta
incluyo a continuación:
¨Muy
apreciado maestro José Farid. Durante quince años, desde cuando mi
esposo murió he
vivido arrimada a mis hijas e hijos, soportando a veces malas caras
de mis nueras y yernos, y aún de mi propia progenie. Entonces un día
sin saber qué hacer lo visité a usted. Y como recordará me dijo
que no debía considerarme desdichada ni mucho menos, y que podría
hacer una vida independiente de ellos. Me aseguró que tendría éxito
en cualquier actividad que emprendiese, pese a mi edad (58 años),
porque tengo vitalidad, espíritu de lucha y poderes ocultos que
tendría que desarrollar para triunfar.
JOSÉ
FARID H.
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