La
mujer se encontraba aquejada de un grave resfriado, y nada de cuanto
le recetaba el médico parecía poder aliviarla.
¨¿No
puede usted hacer nada para curarme, doctor?¨, le preguntó un día
completamente frustrada.
¨Tengo
una idea¨, dijo el médico. ¨Váyase a su casa, tome una ducha y,
antes de secarse, quédese usted desnuda en medio de una corriente de
aire.¨
¨¿Y
con eso me curaré?¨, preguntó ella, llena de asombro.
¨No,
pero agarrará usted una neumonía. Y eso sí puedo curarlo.¨
¿No
te ha ocurrido nunca que tu guru te haya ofrecido el remedio para un
mal que él mismo ha ocasionado?
ANTHONY
DE MELLO.
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