Nasrudin
le entregó un cántaro a un muchacho y le dijo que fuera a sacar
agua del pozo. Pero antes de que el muchacho se dispusiera a
obedecerle, le dio una bofetada y le gritó: ¨¡Y ojo con dejarlo
caer!¨
Alguien
que lo había visto le dijo ¨¿Cómo puedes pegar a un pobre niño
antes de que cometa una falta?¨
Y
respondió Nasrudin: ¨¿Te parecería mejor que le pegara después
de haber roto el cántaro, una vez que éste y el agua se hubieran
perdido? Si le pego antes, lo recordará, y así se salvarán el
cántaro y el agua.¨
ANTHONY
DE MELLO.
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