Este
patetismo alcanza su culminación en el Cancionero y romancero
de ausencias, poemario
escrito durante su cautiverio, entre 1938 y 1941, y que no vería la
luz hasta después de su muerte, concretamente en 1958. Lo mismo
sucedió con Sino sangriento y otros poemas
(1940), en
el que se ponen de manifiesto el horror y la crueldad.
Tras
el triunfo del franquismo, el poeta es detenido y vejado cuando
intentaba huir a Portugal. Es trasladado de cárcel en cárcel de
Huelva a Sevilla y de allí a Madrid. Puesto en libertad, vuelve a
sufrir prisión a los pocos días y condenado a muerte en septiembre
de 1939. Los buenos oficios de personalidades como Cossb Ridruejo, o
los falangistas Sánchez Mazas obtuvieron la conmutación de la pena
por treinta años de cárcel. Por los penales de Palencia, Ocaña y
Alicante se consume la vida del poeta. En una madrugada triste de
1942, en una prisión de Alicante le llegó el final acosado por una
terrible tuberculosis contraída por las condiciones infrahumanas de
las prisiones que tuvo que sufrir. Sólo tenía 32 años y su canto
jamás se pudo apagar, atravesando las rejas más férreas para
ofrecer a la humanidad toda su potencia.
Nadie
pudo cerrar sus ojos desmesuradamente abiertos, prendidos a la vida
que tanto amó, mirando un cielo por fin sin barreras. Unos los
encasillaron en la denominada Generación del 36 y otros lo hacen
epílogo de la del 27, pero ninguno como él ha sabido expresar el
dolor, el sufrimiento, la opresión en tonos elegíacos ante la
muerte y la desventura. ¿Quién no se ha
estremecido de emoción escuchando las Nanas de la cebolla, cantadas
sobre todo por Joan Manuel Serrat? Su canto ha seguido vivo en las
venas ardientes del pueblo que tanto amó y nadie a podido acallarlo.
Como otros poetas de su generación, tuvo que soportar el exilio, la
cárcel y la muerte, al igual que su llorado García Lorca, aunque
éste lo hiciera mucho antes. Vicente Aleixandre dijo de él que era
el más puro y verdadero de los poetas, el más real de todos.
Menos
conocido es su Teatro. En 1937 publicó El
labrador de más aire en
verso. Obra del ambiente rural que nunca dejó de olvidar, influida
por Lope. A ella hay que añadir La cola, El
hombrecito, El refugiado y los sensatos.
Todas ellas auténtico Teatro de guerra.
En
1957 apareció una primera reunión de su prosa bajo el título de
Dentro de luz.
Con
motivo del cincuentenario de su muerte, en 1992 apareció una edición
crítica en dos volúmenes de su Obra completa en la que se añadió
su sentida correspondencia.
EDICIONES
GERNIKA, S.A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario