Lo
primero que hizo el psicólogo fue establecer sus honorarios. Luego
fue adonde estaba el niño, le pasó cariñosamente la mano por el
pelo, se inclinó hacia él y, sonriendo, le susurró al oído. Al
instante, el niño se bajó del caballo y se fue dócilmente a casa
con sus padres.
¨¿Qué
clase de magia ha empleado usted con el niño?¨, le
preguntaron al psicólogo los asombrados padres. El psicólogo se
guardó en el bolsillo sus honorarios y dijo: ¨Sencillamente,
me he inclinado hacia él y le he dicho: ¨Si no te bajas
inmediatamente de ese caballo, te voy a pegar tal paliza que no vas a
poder sentarte en una semana.¨ Supongo
que era para esto para lo que me han pagado.¨
* * * *
Antes
de castigar a un niño, pregúntate si no serás tú la causa de la
transgresión.
Los
padres: ¨¿Por qué, a pesar de que Johnny es
más pequeño que tú, saca siempre mejores notas en la escuela?¨
El
niño de siete años: ¨Porque los padres de Johnny son
inteligentes.¨
ANTHONY DE MELLO.
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