Desde
muy niños se nos ha programado para bien o para mal nuestro. Por
medio de bombardearnos con ideas, benéficas o maléficas, las cuales
nos han hecho tal como somos. Y ya tenemos una autoimagen definida
sobre lo que creemos ser.
A
muchos niños se les dice: ¨Tú no sirves para nada, porque no
aprendes con prontitud tus lecciones¨, ¨No haces bien lo que se te
ordena¨, ¨No tienes habilidad para hacer las cosas¨. A
ese niño se le está
programando para que sea un fracasado, aunque
los padres o representantes no estén conscientes de ello. Tal
niño irá creciendo con la idea, en forma conciente o inconsciente,
de que no sirve para
nada. Irá creando su
propia imagen, de acuerdo con las sugerencias
que se le dan a toda hora. Por lo tanto no logra aprender las
lecciones como los otros niños, y
lo más probable es que
fracase en los estudios, y también en el cumplimiento de algunos
deberes de orden doméstico.
Este
chico al no poder rendir lo suficiente en el estudio y en el trabajo,
tomará rumbos inciertos. Tal
vez buscará compañías
de otros muchachos de su misma edad, dados a la holgazanería y
la pereza. No se educó ni
se le obligó a tener responsabilidades, y fue convenciéndose de que
no podría hacer algo bueno. Sin
embargo, sus compañeros de mal proceder, si lo convencieron de que
la vida ilícita, los vicios y las malas costumbres eran lo mejor, ya
que no requería esfuerzos de su parte,
y darían muy buenos resultados.
JOSÉ
FARID H.
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