viernes, 5 de febrero de 2016

DEL CAMINO. PRELUDIO.

XXVI

   ¡Oh!, figuras del atrio, más humildes
cada día y lejanas;
mendigos harapientos
sobre marmóreas gradas;
miserables ungidos
de eternidades santas,
manos que surgen de los mantos viejos
y de las rotas capas!
   ¿Pasó por vuestro lado
una ilusión velada,
de la mañana luminosa y fría
en las horas más plácidas?...
   Sobre la negra túnica, su mano
era una rosa blanca...

ANTONIO MACHADO.

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