Me
pierdo en mi soledad
y
en ella misma me encuentro,
que
estoy tan preso en mí mismo
como
en la fruta el hueso.
Si
miro dentro de mí,
lo
que busco veo tan lejos,
que
por temor a no hallarlo
más
en mí mismo me encierro.
Así
por dentro y por fuera
se
equilibra mi destierro;
dentro
de mí por temor,
fuera,
por falta de miedo.
Y
entre mis dos soledades,
igual
que un fantasma hueco,
vivo
el límite de sangre
sombra
y fiel de mis deseos.
Bien
sé yo que en la balanza
que
pesa mi sentimiento,
al
platillo del temor
es
al que yo más me aprieto.
Pero
lo que busco en él
de
tal manera lo anhelo,
que
sólo quiero alcanzarlo
cuando
esté libre del cuerpo.
Hoy
mi soledad me basta,
que
en ella sé lo que espero,
lo
que por ella he perdido
y
lo que con ella tengo.
(Mínima
muerte, 1939-1944)
EMILIO
PRADOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario