La
familia tomó asiento en el restaurante para cenar. Llegó la
camarera, tomó nota de lo que deseaban los adultos y luego se
dirigió al muchacho de siete años.
¨¿Qué
vas a tomar?¨, le preguntó.
El muchacho miró con timidez
en torno a la mesa y dijo: ¨Me gustaría tomar un perrito caliente.¨
Antes de que la camarera
tuviera tiempo de escribirlo, intervino la madre: ¨¡Nada de
perritos calientes! ¡Tráigale un filete con puré de patatas y
zanahorias!¨
La camarera hizo como que no la
había oído. ¨¿Cómo quieres el perrito caliente; con ketchup o
con mostaza?¨, le preguntó al muchacho.
¨Con ketchup.¨
¨Vuelvo en un minuto¨, dijo
la camarera dirigiéndose a la cocina.
ANTHONY
DE MELLO.
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