El
abuelo de Machado, Antonio Machado y Nuñez, fue un médico muy
conocido y apreciado en Sevilla, que ejerció también como
catedrático de Ciencias Naturales en varias universidades españolas.
Parte de su obra escrita lo sitúa, además, entre los primeros
divulgadores en España de las teorías de Darwin y Haeckel, lo que
da fe de su inquietud intelectual y de su curiosidad por conocer las
últimas corrientes del pensamiento científico. El padre, Antonio
Machado Alvarez, es uno de los principales impulsores de los estudios
acerca de las tradiciones populares que tanta importancia empezaron a
cobrar a partir de aquellos años. En la rama materna de Machado
figura don Agustín Duran, gran polígrafo a quien se debe la primera
recopilación extensa del romancero español clásico.
A
partir de 1875, el ambiente intelectual se enrarece en España. En el
ámbito de la enseñanza, la pugna entre neocatólicos conservadores,
por una parte, y krausistas y católicos liberales, por otra, se
resuelve en una circular ministerial que rehace los programas y, de
hecho, anula la libertad de cátedra. Varios catedráticos ilustres
abandonan la universidad. Uno de ellos, Francisco Giner de los Ríos,
alega.
Que
jamás consentirá someter su enseñanza a otro criterio que el de su
conciencia (…) no doblegándose a complacencias impropias
de quien a consagrado a la verdad su vida.
La
destitución y encarcelamiento de Giner acrecienta el clima de
protesta y descontento. En 1876 se crea la Institución Libre de
Enseñanza, promovida, como sus mismos inspiradores señalan, por
varios profesores.
Separados
de sus clases a consecuencia de su protesta contra los decretos de la
Instrucción Pública de 1875 atentatorios a la libertad de cátedra.
Entre
los fundadores de la Institución se encuentran Giner de los Ríos y
Manuel Bartolomé Cossío. Muy pronto se adhiere a ellos Antonio
Machado y Núñez.
La
pedagogía de la Institución se basaba en el fomento de la
personalidad individual y hacía hincapié en el conocimiento directo
de la naturaleza -de ahí la insistencia en las excursiones o la
organización de colonias escolares-, en el respeto absoluto a las
ideas, en la ética, en la higiene, en la necesidad de fomentar la
investigación, en la creación de becas para ampliar estudios en el
extranjero y otros muchos aspectos que en aquellos años se oponían
a los mortecinos hábitos docentes oficiales y resultaban
extraordinariamente innovadores. Por encima de todo ello, la
singularísima personalidad de Giner de los Ríos, su carácter y su
espíritu abierto y tolerante merecieron el aprecio y la estima
incondicional de muchas personas, directa o sólo indirectamente
relacionadas con la Institución. El propio Antonio Machado
escribirá, a la muerte de Giner (1915), una bellísima y honda
elegía, en la que destaca el amor franciscano del maestro de la
naturaleza.
Oh,
sí, llevad, amigos,
su
cuerpo a la montaña,
a
los azules montes
del
ancho Aguadarrama.
Allí
hay barrancos hondos
de
pinos verdes donde el viento canta (…)
Allí
el maestro un día
soñaba
un nuevo florecer de España.
En
1883, el abuelo de Antonio Machado, obtenida la reposición en su
cátedra, es destinado a la Universidad Central. Toda la familia
decide entonces trasladarse con él a Madrid. Allí estudiará
Antonio Machado el bachillerato, junto con su hermano Manuel. En
1985, año de la muerte de Alfonso XII, se declara una epidemia de
cólera que afectó a toda España, y muy especialmente a Andalucía.
Al hogar de los Machado llegan continuas noticias de amigos
sevillanos que han sucumbido a la enfermedad. El espíritu infantil
del futuro poeta debió de verse conmovido por estos luctuosos
sucesos.
RICARDO
SENABRE SEMPERE.
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