¨Apreciado
Maestro José Farid. Lo saludo y le deseo muchos éxitos en su noble
labor en pro de la comunidad. Quiero agradecerle sus orientaciones.
Usted recordará que cuando lo visité hace aproximadamente seis
meses, me encontraba completamente desesperado, pues las cosas
marchaban muy mal para mí. A raíz de la crisis económica del país,
cerraron la panadería donde yo trabajaba y quedé sin empleo. Aunque
me hicieron la liquidación y me dieron las prestaciones sociales,
sabía que ese dinero sólo alcanzaría para algún tiempo. En el
hogar somos seis personas; cuatro hijos que están estudiando mi
esposa y yo. Todos los días salía a buscar trabajo y no lo
encontraba, fue en esa búsqueda que pasé por su oficina y se me
ocurrió entrar para exponerle mi caso, porque en lo más profundo de
mi ser había una débil esperanza. Usted ese día me infundió
ánimos y confianza en Dios y en mí mismo. Me sugirió que meditase
y visualizara el éxito en mis actividades como panadero. Me hizo
entrega de oraciones para superar la crisis, indicándome que tuviese
fe y convicción, pues para los que creen no hay imposibles.
JOSÉ
FARID.
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