Cuando
salí de su oficina no me imaginaba cómo se iría a solucionar mi
dificultad, pero sí estaba convencido de que de un modo o de otro
todo iría a cambiar para mí. Esa noche dormí tranquilamente,
después de repetir en estado de calma y tranquilidad la oración,
que entre otras cosas decía: ¨Señor, Tú que deseas la felicidad
de tus hijos y que todo lo puedes, concédeme que yo encuentre una
ocupación adecuada a mi condición y experiencia, para sobrevivir
con mi familia. Sé que pronto encontraré lo que deseo, porque
confío plenamente en Ti, y lo que quiero está en armonía
cósmica¨. Esa noche tuve un sueño revelador. En él me veía
fabricando pan en mi propia casa y vendiéndolo a mis vecinos, con
mucho éxito, pues muchas personas lo compraban.
JOSÉ
FARID.
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