Recientemente
tuvimos un problema laboral en la empresa donde presto mis servicios.
Yo fui designado para hablar en representación de los empleados,
después que lo hiciera el encargado de llevar la voz cantante y
sonante de los empresarios. Este señor habló en un tono que hizo
levantar murmuraciones de desaprobación entre los trabajadores.
Cuando me correspondió tomar la palabra lo hice en tono moderado,
conciliatorio, de acuerdo con las recomendaciones de ¨El
libro más útil del mundo¨y ¨Metafísica Práctica¨.
Durante mi intervención, los ánimos que habían estado un poco
caldeados se calmaron. Yo sugería que se dialogase en un clima de
cordialidad, procurando llegar a un acuerdo. Pedí que tuviésemos
disposición de ánimos y buena voluntad para encontrar la solución.
Dije que si no llegábamos a un entendimiento ese día, que
intentásemos encontrarlo al siguiente día, siempre con el mismo
espíritu de paz.
JOSÉ
FARID H.
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