EJERCICIO
Antes
de que continuemos, debes adoptar la actitud correcta. Existe una
barrera psicológica que has de superar. La barrera es: ¨No se
obtiene algo a cambio de nada¨. El
precio de este libro es insignificante comparado con su valor real.
Si su contenido fuera presentado en forma de curso por un gurú de
renombre, costaría más de quinientos dólares. Yo he gastado miles
de dólares en libros y cursos, y me he pasado muchísimas horas
leyendo para obtener la información recopilada en este texto. Así
que debes convencer a tu mente subconsciente de que aunque no te haya
costado mucho, es tremendamente valioso. Para adoptar la actitud
correcta, puedes hacer dos cosas; pagarme quinientos dólares (admito
un cheque; confío en ti) o realizar el siguiente ejercicio. Tú
eliges.
Todavía
no he tratado el tema de las actitudes mentales clave. Cuando haya
tenido la oportunidad de hablar de ellas, verás la importancia de
este ejercicio. Dichas actitudes son esenciales para
obtener el máximo beneficio de estas lecciones. Las
actitudes clave son DESEO,
CERTEZA Y CONFIANZA. Cuando
pagas quinientos dólares por un seminario que imparte un reconocido
especialista en motivación, entras en el aula con un fuerte
DESEO de
¨conseguirlo¨,
lo que sea. TIENES
LA CERTEZA
de que lo lograrás, o no hubieras pagado los quinientos dólares. Y
por último, tienes absoluta CONFIANZA
en él, o tampoco hubieras pagado los quinientos dólares por
escucharlo.
Ahora
vas a hacer un poquito de teatro. Primero, déjame asegurarte que
eres un buen actor. Algunos psicólogos aseguran que en realidad
siempre estás actuando, haciendo el papel que otros esperan que
hagas. Es
hora de actuar. Sujétate el antebrazo izquierdo con la mano derecha
y sostenlo. Simula que tu mano derecha está pegada a tu brazo
izquierdo. Intentas desengancharte, pero por mucha fuerza que hagas
no puedes despegar la mano del brazo. Cuanto más lo intentas, más
pegados están. Sigues tratando de separar la mano derecha del brazo
izquierdo, ¡pero no puedes!
De acuerdo, ya es suficiente. Ahora haz que la mano derecha vuelva a
la normalidad y sepárala del brazo izquierdo. ¿Ves? Puedes actuar.
Ahora estás preparado para interpretar un papel más importante.
Primero ponte cómodo y relájate. Siéntate en una silla confortable
y coloca los pies totalmente planos sobre el suelo. Visualiza una
escena agradable. Por ejemplo, imagínate que fuiste a Hawái en unas
vacaciones de ensueño.
Recuerda cómo fue. Imagínate en la playa. Piensa que estás ahí
ahora. Siente la brisa por todo tu cuerpo. Nota el calor del sol en
tu piel. Escucha cómo susurra el viento entre las palmeras. Relájate
como si no hubiera nada en el mundo que te preocupara. Deja que tu
mente fluya con absoluta libertad. Siente el placer de estar en tu
lugar favorito.
Haz
que alguien te lea el siguiente texto en un tono de voz suave y
relajante. O mejor, grábalo y escucha la grabación. Si
no puedes hacer lo uno ni lo otro, o simplemente no deseas perder
tiempo en grabarlo, no importa. Intenta estar lo más relajado
posible y léete el texto tú mismo. Mientras lo
lees, visualiza la siguiente escena lo más vívidamente que puedas.
Mírala, siéntela y escúchala.
Antes
de empezar, imagínate que un experto, un experto en quien confías,
ta ha hipnotizado. Tú sabes qué aspecto tiene y cómo actúa un
hipnotizado. Está totalmente relajado y si tiene los ojos abiertos,
su vista parece perdida. Si alguien puede leértelo, cierra los ojos
y relájate por completo. Tu cabeza está
probablemente ladeada descansando sobre el hombro, y los brazos
cuelgan lánguidamente a los lados. Si vas a leerlo tú mismo, actúa
como si alguien te hubiera hipnotizado y te hubiera pedido que
abrieras los ojos y leyeras el siguiente texto bajo un estado de
hipnosis profunda. De
acuerdo, pues adelante.
Imagínate
que estás en un escenario. Eres un actor que está ensayando para
una obra importante. En el auditorio no hay nadie más que yo, autor
y director de la obra. Y te estoy dando indicaciones. Ahora, en la
primera escena debes proyectar la emoción de un fuerte DESEO.
Piensa en alguna ocasión en la que DESEASTE
algo
fervientemente..., un momento en el que experimentaste una fuerte
motivación para conseguir algo. Tal vez ganar en un juego u obtener
una buena nota en un examen. Obsérvate a ti mismo. Recuerda cómo
fruncías el ceño y levantabas la mandíbula con determinación.
Fíjate en cómo actuabas. Revive la emoción que sentías. Escucha
lo que ocurría en ese momento. Empápate de esa
atmósfera.
A
continuación evoca la imagen de este libro. Observa cómo lees estas
lecciones y las aprendes. Superpón esta imagen a la imagen de cuando
sentías ese fuerte DESEO.
Deja que las sensaciones se fundan durante un minuto...
Ahora
es el momento de ensayar la siguiente escena de la obra. En
esta escena, debes recrear un estado de gran ILUSIÓN.
Es
fácil. Recuerda, por ejemplo, una Nochebuena o una víspera del día
de Reyes, cuando eras pequeño. Visualiza todos los regalos debajo
del árbol de Navidad. Los paquetes con envoltorios de colores
brillantes y lazos. Recuerda las ganas que tenías
de abrir esos regalos... Acuérdate de que no podías esperar.
Estabas muy nervioso y la emoción era tan intensa que no podías
dormir. Mira,
siente y escucha la atmósfera de esa noche. Deja que esas
sensaciones se fundan durante un minuto...
Después
superpón esa imagen mental del momento en que sentías esa ILUSIÓN
inmensa
a la imagen de ti mismo leyendo y aprendiendo estas lecciones, y esta
a la imagen de la Nochebuena mientras experimentas las mismas
sensaciones y emociones.
Ahora
nos toca ensayar la última escena. En
esta escena debes mostrar una CONFIANZA
absoluta, de modo que empieza a demostrar tu CONFIANZA
en
el director y autor de tu obra. Mira hacia el lugar del auditorio
donde me encuentro y siente que confías en mi habilidad para
dirigirte...
Una vez más, superpón en esta
imagen la de ti mismo leyendo y estudiando estas lecciones.
Permite
que este sentimiento de CONFIANZA
se afiance. Ahora ha llegado el momento de despertarte del estado
hipnótico.
Percibe mi imagen, soy el director de la obra y te digo: ¨Estarás
totalmente despierto cuando termine de contar hasta tres. Contaré
hasta tres y te despertarás. Uno, te estás
despertando...; dos, te sientes renovado y relajado...; tres, ¡estás
totalmente despierto!¨.
¿Crees
que ha sido demasiado fácil para que tenga algún valor? Te lo diré
otra vez: ¨Si no es fácil y no lo consigues sin
esfuerzo, ¡no lo estás haciendo bien!¨. Así
que relájate y disfruta: los métodos que
aprenderás en este libro son fáciles; si te esfuerzas, fracasarás.
¿Crees
que fuiste hipnotizado? Probablemente no. Pero
no estés demasiado seguro. Si no hubieras estado
hipnotizado, no habrías actuado. Algunos
expertos creen que la hipnosis no es más que actuación.
Para
demostrarlo, en un
programa de la televisión pública estadounidense, un profesor pidió
a un voluntario que actuara como si estuviera hipnotizado. El
profesor no hizo nada más. No hubo inducción. No le hizo mirar a la
llama de una vela ni a un péndulo oscilante. El
voluntario adoptó la postura típica de un hipnotizado. Parecía
estar totalmente relajado. La cabeza apoyada en el hombro. Los ojos
cerrados. Los brazos y manos colgando a cada lado del cuerpo. El
profesor le dijo entonces: ¨Aquí
tienes una manzana deliciosa. Puedes comértela mientras hablo con el
invitado¨. Lo que el profesor le dio al
voluntario no era una manzana sino una cebolla. Sin
embargo se comió la cebolla creyendo que era una
manzana deliciosa. Ese
voluntario no fue hipnotizado mediante ninguna rutina
estándar.
¡Simplemente estaba actuando como si estuviera hipnotizado!
De
modo que, si realmente imaginaste que actuabas en aquellas escenas,
estabas hipnotizado y, lo que es más importante,
te encontrabas en estado ALFA.
Un
famoso hipnotizador explica en su página web que si cierras los ojos
e imaginas que caminas por tu casa, abriendo cada puerta a tu
paso..., mientras lo imaginas, estás
hipnotizado. La hipnosis puede ser así de simple.
HARRY W. CARPENTER.
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