Se
equivocó la paloma.
Se
equivocaba.
Por
ir al Norte, fue al Sur.
Creyó
que el trigo era agua.
Se
equivocaba.
Creyó
que el mar era el cielo;
que
la noche, la mañana.
Se
equivocaba.
Que
las estrellas, rocío;
que
la calor, la nevada.
Se
equivocaba.
Que
tu falda era tu blusa;
que
tu corazón, su casa.
Se
equivocaba.
(Ella
se durmió en la orilla.
Tú,
en la cumbre de una rama.)
(Entre
el clavel y la espada, 1939-1940)
RAFAEL
ALBERTI.
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