martes, 20 de octubre de 2015

EL POETA DECEPCIONADO (1927-1935).


  En 1927, con ocasión del tricentenario de Góngora, en torno al cual se dieron a conocer los principales poetas jóvenes de la nueva generación, Juan Ramón escribe unas páginas desdeñosas acerca de la corriente neopopularista en boga, y menciona con dureza a esa ¨juventud asobrinadita casi toda ella, y desganada, tonta, pobre de espíritu, vana¨. Las diatribas subsiguientes debieron de provocar la amargura del poeta, y algo de ello se traduce en una curiosa nota necrológica sin fecha, redactada por el mismo Juan Ramón.

¿Una hojita?
J.R.J. Murió en 1934, a los 52 años de vida y 40 de vida poética, asesinado por un grupo de sus discípulos españoles, que no pudieron esperar con calma su sucesión. Dejó una obra considerable: 90 libros de poesía en verso y prosa..., etc.

Durante estos años se agravan las depresiones nerviosas de Juan Ramón, y el curso de los acontecimientos inmediatos enturbia sus relaciones con los jóvenes creadores. La creciente politización de un sector de la poesía española le disgusta. En 1935 rechaza por segunda vez una invitación para ingresar en la Real Academia Española, argumentando: ¨Yo no soy un filólogo; no estudio las palabras, las invento, que no es lo mismo; soy un creador que se debe a su obra¨.
Frente a la pureza poética tantas veces invocada por Juan Ramón, aparece en 1935 el primer número de la revista Caballo Verde para la Poesía, en la que el poeta chileno Pablo Neruda reclama para los nuevos tiempos ¨una poesía impura como un traje, como un cuerpo¨, que incorpore a sus motivos ¨sueños, vigilias, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas¨. Nada podía ser más opuesto al ideal de belleza de Juan Ramón, aunque la creciente tensión en Europa con el desarrollo de los regímenes totalitarios y el empeoramiento de la vida política española explican las actitudes combativas de muchos poetas. No es éste el caso de Juan Ramón, que en estos años se dedica a reunir y seleccionar, ayudado por Zenobia, un amplio conjunto de poemas propios unidos por el común denominador de su carácter popular, donde los metros cortos, las coplas y los estribillos enlazan con la lírica más fresca de un Gil Vicente o un Lope de Vega. El libro aparecerá el año siguiente, con el significativo título Canción.

RICARDO SENABRE SEMPERE.

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