sábado, 24 de octubre de 2015

UN MUNDO ILUSORIO.

   Era un maestro que predicaba la vacuidad e insustancialidad de todo lo fenoménico e insistía en que todo era ilusorio y en que había que contemplarlo todo como transitorio para desarrollar la visión correcta y el desapego. Un día unas fiebres malignas se llevaron a su único hijo. El maestro comenzó a llorar y sus lágrimas anegaban su sesegado rostro. Los discípulos le dijeron:
   -Venerable maestro, pero si siempre nos has dicho que el mundo es ilusorio.
   -Y así es, queridos míos, pero ¡es tan doloroso perder un hijo ilusorio en un mundo ilusorio!

REFLEXIÓN

    Aun en un sueño se siente y se experimenta. Hay placer y dolor, encuentro y desencuentro. Pero cuando uno despierta sabe que ha sido un sueño. La vida es muy efímera y en un sentido absoluto es ilusoria, pero en su sentido relativo es bien real. Incluso los seres más elevados espiritualmente han sentido, con su carga de humanidad, una gran pena cuando un ser querido ha muerto, porque son ecuánimes, pero humanos y sensibles, aunque exentos de aferramiento y apego. El sabio Shankaracharya decía: ¨Este mundo es como un sueño, colmado de amores y odios. En su dimensión brilla como una realidad, pero al despertar se transforma en irreal. Este mundo pasajero brilla como si fuera real, como la plata imaginada en una concha perlífera; es así en tanto no se conozca al Ser, que es la sustancia sin segundo de todo¨.

RAMIRO A. CALLE.


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