Un
guru estaba dando clase a un grupo de jóvenes discípulos. En un
determinado momento, éstos le pidieron que les revelara el sagrado
¨Mantra¨ por el que los
muertos pueden ser devueltos a la vida.
¨¿Y
qué pensáis hacer con una cosa tan peligrosa?¨, les preguntó el
gurú.
¨Nada.
Sólo es para robustecer nuestra fe¨, le respondieron.
¨El
conocimiento prematuro es peligroso, hijos míos¨, dijo el anciano.
¨¿Y
cuándo es prematuro el conocimiento?¨, preguntaron ellos.
¨Cuando
le proporciona poder a alguien que aún no posee la sabiduría que
debe acompañar al uso de tal poder.¨
Los
discípulos, no obstante, insistieron. De modo que el santo varón,
muy a su pesar, les susurró al oído el ¨Mantra¨
sagrado, suplicándoles repetidas veces que lo emplearan con suma
discreción.
No
mucho después, iban los jóvenes paseando por un lugar desierto
cuando tropezaron con un montón de huesos calcinados. Con
la frivolidad con que suele comportarse la gente cuando va en grupo,
decidieron poner a prueba el ¨Mantra¨
que sólo debía ser empleado previa una prolongada reflexión.
Y
en cuanto hubieron pronunciado las palabras mágicas, los huesos se
cubrieron de carne y se transformaron en voraces lobos que les
atacaron y les hicieron pedazos.
ANTHONY DE MELLO.
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